lunes, 8 de octubre de 2012

Todo está vivo- Alejandro Jodorowsky





No sólo todo está vivo, también está cambiando, ninguna forma es permanente, todo crece, se mantiene, se marchita, se transforma en otra cosa. Los objetos que nos rodean establecen, a su manera, lazos con nosotros. Estos lazos nos ayudan a crecer, a mantenernos vivos, y luego a marchitarnos en forma equilibrada para dar paso a una nueva forma de vida. Si se comportan así, son positivos, pero si insisten en permanecer sin aceptar cambios, son nefastos. Crecer y sólo crecer, tratando de nunca dejar de desarrollarse, conduce a catástrofes. Mantenerse en lo que se considera que se es, eliminando aportes nuevos y pérdidas necesarias, conduce a la petrificación. Entregarse a la destrucción sin dejar nacer lo nuevo, es nefasto…

Lo más precioso que tenemos es la vida. Debemos respetarla. No sólo la nuestra, sino la vida de todo lo que continuamente nace, se mantiene un tiempo, perece… Los objetos personales debemos aprender a tratarlos con la misma delicadeza que tratamos a un niño. Los objetos innecesarios son invasores, devoran parte de nuestra energía. Los objetos que tratamos en forma distraída, con brusquedad, se vengan causándonos accidentes.
Mas si los tratamos con respeto, se convierten en nuestros aliados, otorgándonos valores